Yo, un negro


Yo, un negro
(Moi, un noir, Francia, 1958, color, 70 minutos)
Dirección, Fotografía y Guión: Jean Rouch.
Producción: Pierre Braunberger.
Montaje: Catherine Dourgnan y Marie-Josèphe Yoyotte.
Música: Joseph Yapi Degre.
Elenco: Amadou Demba, Karidyo Faoudou, Gambi, Oumarou Ganda, Seydou Guede, Alassane Maiga y Petit Touré.

Yo, un negro cuenta la historia de un grupo de migrantes nigerianos que llegaron a Costa de Marfil en busca de trabajo. A lo largo de la película podemos ver la vida cotidiana de Oumarou Ganda (Edward G. Robinson), Petit Touré (Eddie Constantine), Alassane Maiga (Tarzan), Amadou Demba (Élite), Seydou Guede (Facteur), y Karidyo Daoudou (Petit Jules) y las peripecias por las que tienen que pasar para conseguir trabajo.


Se trata de un docu-ficción en el que el límite entre la realidad y la ficción no está del todo claro. Rouch está inmerso en la cotidianidad de la vida de los personajes y con una cámara en movimiento constante lleva una técnica que privilegia la espontaneidad más que un trabajo de narración pre-construido. Es de recalcar el trabajo hecho con el sonido. Rouch, una vez hecho el trabajo de filmación, invita a los personajes a que hablen sobre las imágenes. Tenemos así varias voces en off que nos cuentan las escenas. A esto Rouch le agrega comentarios personales.

Aunque cada personaje interprete su propia vida cotidiana, escogieron nombres ficticios para la película. Hay todo un juego entre las voces. Muchas veces a lo largo de la película el lugar de enunciación es ambiguo y no se sabe desde que punto de vista miramos.


En lo que concierne la memoria, este film se presenta como un puente entre la vida de los trabajadores negros y las elites blancas que comparten espacios de encuentro pero sin mezclarse. Es también un puente con respecto a la temática de la migración. Rouch, para hablar de los recuerdos de infancia de Robinson, incluye imágenes tomadas con anterioridad en Nigeria. Las imágenes son así usadas como un espejo sobre la vida de los personajes. El sonido también participa en esto, pues grabado ulteriormente, permite a los personajes tomar distancia.

En lo político, la película es una puesta en paralelo entre la vida precaria que deben afrontar los trabajadores y las elites blancas que pasean por los mismos espacios. Sin embargo no queda claro si la representación de la condición negra es propia de los personajes o es moldeada desde el punto de vista de Rouch.


"Cada día, jóvenes similares a los personajes de este film llegan a las ciudades de África. Han abandonado la escuela y el entorno familiar para intentar entrar en el mundo moderno. No saben hacer nada y hacen de todo. Es una de las enfermedades de las nuevas ciudades africanas, la juventud sin empleo. Esta juventud, enclavada entre la tradición y el maquinismo, entre el Islam y el alcohol, no ha renunciado a sus creencias, pero es seducida por los ídolos modernos del boxeo y del cine. Durante 6 meses he seguido a un pequeño grupo de jóvenes emigrantes de Níger en Treichville, suburbio de Abidjan, capital de Costa de Marfil. Les propuse rodar un film donde interpretasen su propio papel, donde tuviesen el derecho de hacer y decir lo que quisiesen". Jean Rouch.

Función realizada con el apoyo de la Embajada de Francia en la Argentina y el Institut Français.





Temporada I / Función 9
Sábado 28 de diciembre de 2013

Comentarios

Entradas populares